Conoce las Características de la Patata Gallega
Debido a las condiciones climatológicas, a las características de los suelos y a los esmerados cometidos culturales, que se dan en las zonas productoras de patata de nuestra Comunidad Autónoma, el producto obtenido tiene una calidad culinaria excepcional. Este hecho bien conocido por los mayoristas y consumidor, hace que la patata gallega sea muy valorada y tenga un precio en los mercados superior a la procedente de fuera de Galicia. ¿Quieres conocer este exquisito Manjar?
Historia de la Patata en Galicia
La patata es el tubérculo comestible de la planta llamada Solanum tuberosum, originaria de América del Sur y cultivada actualmente en todo el mundo.
Este tubérculo fue traído a Europa por primera vez por los conquistadores españoles y, aunque en un principio fue tratada más como una curiosidad botánica que como un alimento, actualmente es la base de la alimentación de millones de personas.
Las primeras menciones del cultivo de la patata en Galicia se remontan a principios del siglo XVII, aunque no alcanzó verdadera importancia hasta el siglo XVIII, cuando fue impulsado definitivamente por la llamada crisis del cereal.
La principal variedad de patata cultivada en Galicia es la kennebec. El producto amparado por la Indicación Geográfica Protegida (I.X.P.) "Patata de Galicia" o "Pataca de Galicia" se define como los tubérculos de la especie Solanum tuberosum, de la variedad cultivada "KENNEBEC", destinados al consumo humano.
En la actualidad el cultivo de esta variedad está respaldado por la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Pataca de Galicia, que cuenta con cuatro zonas de producción:
- Zona de Bergantiños: que abarca los municipios de Carballo, Coristanco, A Laracha, Malpica y Ponteceso.
- Zona de Terra Chá - A Mariña: constituida por los municipios de Abadín, Alfoz, Barreiros, Cospeito, Foz, Lourenzá, Mondoñedo, Ribadeo, Trabada, O Valadouro, Vilalba y Xermade.
- Zona de Lemos: abarca los municipios de Monforte de Lemos, Pantón y O Saviñao.
- Zona de Limia: constituída por los municipios de Baltar, Os Blancos, Calvos de Randín, Cualedro, Porqueira, Rairiz de Veiga, Sandiás, Sarreaus, Trasmiras, Vilar de Santos, Xinzo de Limia, Castrelo do Val, Laza, Monterrei, Oímbra e Verín; y parte de los municipios de Allariz, Vilar de Barrio y Xunqueira de Ambía.
Características de la Patata Gallega
Las características particulares de la patata gallega son las siguientes:
- Forma de los tubérculos: redonda a oval.
- Presencia de ojos muy superficiales.
- Piel de apariencia lisa y fina.
- Color de la piel: amarillo claro.
- Color de la carne: blanco.
- Textura: firme al tacto y cremosa al ser cocida, consistente en la boca.
- Calidad para consumo: excelente, destacando por su contenido en materia seca y por que mantenga las sus cualidades de color, aroma y sabor después de ser cocinadas.
En el apartado referente las sus características analíticas, estas deben hacer falta:
- Contenido en materia seca superior al 18%
- Contenido en azúcares reductores inferior al 0,4%
Un Sabor y Características únicas
Debido a las condiciones climatológicas, a las características de los suelos y a los esmerados cometidos culturales, que se dan en las zonas productoras de patata de nuestra Comunidad Autónoma, el producto obtenido tiene una calidad culinaria excepcional. Este hecho bien conocido por los mayoristas y consumidor, hace que la patata gallega sea muy valorada y tenga un precio en los mercados superior a la procedente de fuera de Galicia.
Respecto de las condiciones climatológicas, es de destacar que la abundante pluviometría de las zonas productoras 1.000 a 1500 mm. /año y las temperaturas suaves, hacen que los cultivos de patata, tengan un óptimo desarrollo vegetativo, sin necesitar la aplicación de riegas, así se consigue un crecimiento continuo de los tubérculos. La existencia de un período seco en los meses de agosto y septiembre, con déficit hídrico en el suelo, hace que los tubérculos producidos pierdan agua, antes de ser cultivados, y maduren perfectamente, formándose una piel uniforme y resistente, lo que unido a la reducción del contenido de agua en el tubérculo, ayuda a la conservación del mismo y aumenta su calidad culinaria.
Asimismo en las zonas productoras, predominan los suelos francos y franco-arenosos, con pHs comprendidos entre 5 y 6,5, siendo estos óptimos para este cultivo. Esta textura permite que la piel del tubérculo sea fina y uniforme y que los tubérculos salan limpios de tierra (no siendo necesario su lavado). El pH débilmente ácido impide la presencia de la enfermedad denominada sarna oroña (los tubérculos afectados por la citada enfermedad, presentan la piel áspera con pústulas, no siendo aptos para la venta, por su desagradable aspecto).