Conoce las Características del Porco Celta
Durante los últimos años hemos sido testigos de cómo, en términos gastronómicos, el jamón de porco celta ha ido escalando posiciones hasta alcanzar el primer nivel, situándose muy cerca del jamón ibérico. Este puesto es todavía más meritorio si tenemos en cuenta que esta raza autóctona gallega, a pesar de ser la variedad predominante en Galicia hasta principios del siglo pasado, llegó a rozar la extinción durante la segunda mitad del siglo XX.
Gracias a una ardua labor de recuperación, liderada por ASOPORCEL se ha conseguido que durante los últimos 4 años el censo de la cabaña de esta variedad porcina haya aumentado casi un 70%. A pesar de estos datos, el cerdo celta todavía se encuentra entre las razas en peligro de extinción. Es Galicia la única zona en donde se crían.
LA RAZA:
Debido a su rusticidad y sus extremidades largas y musculadas, adaptadas para la marcha, es una raza muy adecuada para su explotación en sistemas extensivos al aire libre.
Galicia es una zona geográfica con clima templado y elevada pluviometría, condiciones que favorecen una alta producción de sotobosque. Y esta raza porcina constituye un recurso inmejorable para el silvopastoreo.
El aprovechamiento de ese sotobosque para la cría de estos cerdos no sólo ayuda a conservar el patrimonio genético de la raza sino que contribuye a la lucha contra los incendios forestales. Objetivos que confluyen además en la conservación del paisaje gallego y la fijación de población en las aldeas.
LA ALIMENTACIÓN:
La calidad de los productos obtenidos radica en el modelo de explotación y en la base de la alimentación del animal. El porco celta se cría en libertad y se alimenta de productos naturales, principalmente castañas, raíces y plantas; en el caso de que este espacio natural vea mermada su provisión de alimento, debido a las limitaciones de superficie y clima, la dieta del animal es complementada con otros productos naturales, como verduras, cereales, patatas, etc.
Todo esto da como resultado un producto de primera calidad, tanto por su sabor como por el elevado contenido de ácidos grasos insaturados, de sobra conocidos por sus efectos beneficiosos sobre la salud.
El ENTORNO:
Además, este método de cría, respetuoso con el animal y con el medio ambiente, arroja otros beneficios residuales. La labor de “limpieza” del sotobosque que realizan estos animales a medida que se alimentan, ayuda en la prevención de incendios forestales.
Una delicia al paladar
Como en el caso de la cría de cerdo tradicional, la gama de productos que se obtienen es muy amplia. Destacan los embutidos y sobre todo, el jamón de porco celta como producto estrella. Se trata de jamones cuyo peso por pieza ronda los 8-11 kilogramos. El jamón es alargado, estilizado y de aspecto limpio.
De masa muscular consistente y firme. Presenta color rosado con ribetes blanquecinos caracterizados por el equilibrio entre magro y grasa. Se conserva en salazón, pasando por un posterior proceso de curación totalmente artesanal con un mínimo de 24 meses.
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